Sin duda, en el panorama tecnológico actual el término nube está en boca de todos, pero resulta importante diferenciar todos sus modelos.
En este sentido, la nube pública es la forma más común de implementación de la computación en la nube. Este es un modelo donde un proveedor de servicios en la nube pone recursos, como máquinas virtuales y almacenamiento, a disposición del público general a través de internet.
Por lo general, los clientes solo pagan por el uso que hacen de los ciclos de CPU, almacenamiento o por el ancho de banda que consumen.
En síntesis, se trata de un entorno multiusuario donde toda la infraestructura de hardware, software y soporte es propiedad del proveedor, quien la gestiona y la ofrece como un servicio estandarizado a múltiples clientes.
¿Quiénes son los candidatos ideales para una nube pública?
Más allá de la definición técnica, el valor de la public cloud se entiende mejor al analizar qué tipo de organizaciones se benefician más de ella. Y es que tenemos que tener presente que no todas las empresas tienen las mismas necesidades, y las nubes públicas están diseñadas para ciertos tipos de empresas y casos de uso.
Sin duda, las startups y las empresas de crecimiento acelerado son candidatas ideales para los servicios de empresas como OVHcloud, pues, al no requerir una colosal inversión de capital inicial en servidores y hardware, pueden lanzar sus productos al mercado rápidamente, operando con un modelo de gastos operativos y escalando sus recursos de forma casi instantánea a medida que crece su base de usuarios.
Por otro lado, las empresas que tienen una carga de trabajo muy variable e impredecible también resultan ser candidatas perfectas. Las plataformas de comercio electrónico que pueden experimentar picos masivos de tráfico durante ciertos periodos del año son el mejor ejemplo, ya que con este tipo de servicio pueden expandir y contraer toda su infraestructura en cuestión de minutos; de esta forma, pueden gestionar la demanda sin tener que invertir en una infraestructura sobredimensionada que permanecerá inactiva durante los periodos de baja actividad.
Por último, los equipos de desarrollo y DevOps la utilizan extensivamente para crear, probar y desplegar aplicaciones, pues, aprovechan la agilidad para acelerar los ciclos de innovación de sus servicios sin tener que preocuparse por la gestión de la infraestructura subyacente.
Nube pública vs. nube privada: ¿qué opción es más conveniente?
Como mencionamos, la diferencia principal de la nube pública y privada radica en la propiedad y la gestión.
Una nube privada es un entorno de nube dedicado solo a un cliente, quien será el responsable del control y su seguridad. Este se suele alojar en un centro de datos de la propia empresa o en el de un proveedor externo, pero la infraestructura es de un solo inquilino.
La elección de ambas depende del equilibrio entre control y agilidad. Por ejemplo, las nubes privadas son preferidas por organizaciones gubernamentales o industrias con regulaciones de datos extremadamente estrictas que necesitan un control total de su servidor.
Por el contrario, la nube pública de OVHcloud es mucho más flexible y se alza como un modelo enormemente más económico, ideal para la mayoría de las empresas, pues, evita que la empresa inquilina tenga que comprar, instalar y mantener hardware y software, de forma que se pueda centrar únicamente en desarrollar sus productos y servicios a toda máquina.
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